Cualquier persona u organización puede explicar QUÉ hace, algunos pueden explicar CÓMO logran ser mejores o diferentes, pero muy pocos pueden decir claramente el POR QUÉ lo hacen.
El objetivo de esta página es que puedas tener una idea muy clara de qué te motiva y qué motiva a tu empresa para hacer lo que hacen y, con esto, sepas qué mensaje quieres transmitir a través del producto o servicio que ofreces.
Simon Sinek, el autor de La Clave es el POR QUÉ, comparó la proporción áurea, que en inglés se dice golden ratio y es una disposición de las formas que se encuentra la naturaleza y en el arte, con el cerebro humano y tres características que se pueden encontrar en todos los personajes que han tenido incidencia y recordación en la historia: fueron consecuentes en su forma de pensar, actuar y comunicar. Este autor explica que el Golden Circle o Círculo de oro, como el golden ratio o proporciones áureas, también se repite en todas las personas y compañías exitosas. Tienen claro el por qué hacen lo que hacen, luego cómo lo hacen y, finalmente, qué es lo que hacen. Ese es el círculo de oro.
Puedes descargar e imprimir el formato para desarrollar el círculo de oro de tu empresa o proyecto: Formato PDF del círculo de oro.
La respuesta a por qué haces algo no es: “porque quiero mucho dinero”, “porque quiero ser independiente económicamente ” o “porque quiero ser famoso y tener mucho reconocimiento”. Esas son las consecuencias de un por qué bien estructurado. El por qué es la vocación, el propósito, la causa o creencia del negocio. Usualmente es el mismo por qué del creador y fundador del proyecto. Si este tiene su motivación clara, puede crear un negocio exitoso. Entonces, al construir su equipo de trabajo, busca gente que tiene claro su propio por qué y resuena con el negocio, así que trabajar allí hace parte de ser consecuentes con sigo mismo.
El por qué responde a preguntas como:
Responder a esta pregunta es lo que mantiene el éxito en el tiempo, pues si la inspiración se convierte en manipulación, el éxito del negocio se puede diluir.
El por qué está relacionado con la emoción pura y esta se genera en el sistema límbico del cerebro y nos ayuda a tomar decisiones, por ejemplo, elegir qué producto comprar.
Todos tenemos un por qué y sin saberlo nos conectamos desde ahí.
Tener claro el por qué es importante, pues así puedes conectar desde el corazón, desde la emoción, ser líder en el mercado, inspirar y tener seguidores, no simples clientes que te compran cuando ya no tienen más opciones.
Por ejemplo, en GCFAprendeLibre creemos que hacemos parte de una revolución educativa y gracias al inglés, las matemáticas y la tecnología cada ser humano podrá tener acceso a oportunidades que les ayude a materializar su propósito y mejoren su calidad de vida.
Después de tener muy claro el por qué, podemos seguir con el cómo. Aquí no se pregunta cuál es proceso para hacer algo, sino cómo te diferencias o lo haces mejor de lo que ya está en el mercado. Al establecer esto, es importante hacerlo desde el corazón del negocio, o sea, el por qué, de esta manera seguirás aplicando tu motivo central a cada uno de los niveles del negocio.
En nuestro caso hacemos cursos asegurándonos de que todos los temas sean investigados para que el contenido condense lo mejor de lo mejor y puedan ser entendidos lo más fácil posible, de una manera didáctica, amable y hermosa.
El qué es lo más fácil y ya lo sabes de antemano: el producto o servicio que ofreces. Por ejemplo, nosotros ofrecemos hermosos cursos virtuales de calidad, siempre dando el contenido más actualizado posible, con el fin de ayudarte a ser parte del engranaje que es este mundo en constante evolución.
Simon Sinek da muchos ejemplos en su libro, pero el de la cita romántica puede ser el que más te ayude a entender todo esto:
Imagínate una cita con un chico o una chica que solo alardean de su auto, su apartamento y tal vez su gran sueldo. Esto te sirve solo para mantener una relación tal vez algo interesada en lo económico. Eso es manipulación y, a pesar de que sea verdad, no es la base para generar una relación en la que se pueda confiar.
Ahora, imagina que sales con el mismo chico o chica y lo que te cuentan es que todos los días se levanta para hacer algo que ama, que cada día está buscando mejores maneras para llegar a más personas e, increíblemente, gracias a eso le ha ido bien y ya logró tener su independencia económica, ser reconocido en el medio y hasta tener un grupo de seguidores que aman lo que él hace.
¿De cuál te enamorarías? ¿Del segundo, verdad?
Así mismo funciona con tu negocio, si cuando hablas de lo que haces, comienzas por lo linda que es tu oficina, que tienes mucho éxito y tienes clientes grandes, no conectas con las personas. En cambio, si dices: ¿sabes qué es lo que más amo de mi negocio? Cada uno de los miembros de mi equipo viene a trabajar en algo que ama. Logramos inspirar personas para que hagan lo que les apasiona. Es algo espectacular y lo mejor de todo es que es un negocio exitoso. Tenemos oficinas lindas, hacemos negocios con grandes compañías y de hecho nos va muy bien.
El segundo ejemplo funciona tanto para conquistar como para conectar desde el corazón y lograr cerrar el negocio desde ese instinto que nos dice: “se siente bien”.
Recuerda, el objetivo no es manipular, sino crear relaciones a largo plazo con el cliente. Esos que hablen por ti, que te recomienden y siempre te tengan en primer lugar al hablar de tu servicio o producto.
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