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El objetivo de invertir es ganar dinero, pues se utiliza una cantidad para generar más.
Así ocurre en el mercado de divisas o "forex", que es casi idéntico al mercado de las criptomonedas. Por ejemplo, las criptomonedas con un límite de producción, como Bitcoin que emitirá hasta los 21 millones de BTC, tienden a aumentar de precio con el tiempo, ya que cada vez se hacen más escasas.
Se trata de una forma sencilla de invertir: se compran criptomonedas que se están valorizando en el mercado, es decir, cuyo precio está subiendo, para luego mantener el dinero quieto en el monedero durante mucho tiempo, hasta que doble o triplique su valor inicial. Después, se vende y así se obtienen buenas ganancias.
Este método puede tardar años, pero si quieres obtener ganancias en menor tiempo y de forma frecuente, debes dedicarte al "trading"; esto es, a comerciar: comprar y vender.
Con el "trading" se cumple la famosa frase: "quien no arriesga a perder, tampoco arriesga a ganar".
Las criptomonedas no generarán ingresos estando quietas, hay que mover los activos para conseguir ganancias, hacer la labor de comerciante o "trader".
Un buen "trader" no se define por el aumento sorprendente de su dinero, sino porque es capaz de mantener su crecimiento, por pequeño que pueda parecer. Una habilidad que se desarrolla con la experiencia.
Para mantener un ritmo de inversión positivo, evita emplear dinero que esté destinado a otros fines y fija el monto para tus futuras inversiones.
Por lo general, los "exchanges" proyectan gráficas que parecen picos de montañas que pasan con rapidez. Al tratarse del mercado global de las criptomonedas, se muestran enormes cifras de operaciones en tiempo real en estas gráficas de flujo.
En ocasiones, en lugar de líneas aparecen figuras que lucen como velas.
Las velas rojas, al igual que las líneas rojas, indican el mejor momento para comprar criptomonedas porque el precio ha bajado; a diferencia de las velas verdes, que indican un buen momento para vender, porque el precio sube.
Una línea que crece y crece, crea lo que se conoce como una "burbuja". Se trata de una grave situación de alarma, pues si la burbuja explota, ocurre la caída en picada de un precio que antes estaba por las nubes.
Las estadísticas demuestran que al terminar un ciclo de duración de cuatro años, aproximadamente, se quiebra la burbuja de Bitcoin y vuelve a comenzar el ciclo de valorización.
El precio de las criptomonedas aumenta y disminuye por distintos motivos. Por ejemplo, cambia negativamente cuando inversores con demasiados activos y poder, conocidos como "ballenas", deciden retirar su dinero a otros mercados.
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