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Cuando se trata de habilidades laborales, se pueden dividir en dos tipos: habilidades duras y habilidades blandas. Aunque pueden ser muy diferentes las unas de las otras, son necesarias para ser exitoso en el trabajo. Veamos sus diferencias:
Habilidades duras
Las habilidades duras son aptitudes concretas y específicas para tu labor y son requeridas para que realices el trabajo. Por ejemplo, si eres un chef, cocinar sería una habilidad dura. O si eres un programador de computadoras, un ejemplo, sería la codificación.
Estas, generalmente, son aprendidas a través de la escuela, el entrenamiento o la experiencia laboral.
Las habilidades duras son fáciles de medir. Los empleadores pueden obtener una buena idea de ellas al estudiar tu educación, experiencia previa y certificaciones.
Habilidades blandas
Las habilidades blandas son competencias interpersonales que pueden ser usadas en un empleo. Estas incluyen la comunicación, el trabajo en equipo y la adaptabilidad.
Son más difíciles de desarrollar. Tendrás que practicarlas con el tiempo y en el mundo real con otras personas. Son naturales para algunos, mientras que para otros pueden ser difíciles de obtener.
Las habilidades blandas no se pueden evaluar fácilmente. Realmente no se pueden comunicar bien a través de tu hoja de vida o carta de presentación. Los empleadores, generalmente, tienen que esperar hasta una entrevista o tus primeras semanas en el trabajo para obtener una buena idea de tus habilidades personales.
A pesar de ser diferentes, necesitarás tener tanto habilidades duras como blandas, si deseas ser más exitoso en tu vida laboral.
