Nuestro aspecto afectivo está compuesto por la amistad y el amor. Para resumir, es el ámbito que tiene que ver con la forma de relacionarse con las otras personas y la imagen que se refleja ante otros. 

Hay algo importante que se debe dejar claro: intentar agradar a otros es  una pérdida de tiempo, lo ideal de tener una vida afectiva equilibrada, no es intentar agradar a las personas que te rodean. Lo importante para crear relaciones duradera es ser auténtico, mostrarnos verdaderos, honestos con nuestros sentimientos y siempre tratando de hacer las cosas amor, paciencia y equilibrio.

Una de las lecciones más importantes que puedes aprender en la vida es que no siempre las palabras de los otros son con el ánimo de ofender, debemos evaluar la verdadera intensión de la persona cuando esta se manifieste. En este sentido aplica perfectamente esta frase: "no importa lo que te digan, lo que importa es lo hagas con lo que te digan ."

Para mantener esa área equilibrada es necesario cuidar de las relaciones que tenemos con los otros: tratar a las personas con simpatía, recordar con detalles, llamar, hacer invitaciones, sonreír, mostrar la importancia, hacerse presente, demostrar su amor y cariño son algunas cosas que pueden ayudar.  Cuidar el área afectiva no es transformarnos en personas que no somos o forzar la simpatía con otros.

Las relaciones no tiene porque ser artificiales, deben ser verdaderas. La verdad es una característica que debe reinar en las relaciones, esto generará como resultado relaciones positivas, incluso cuando la verdad no sea muy agradable o cuando debamos llamar la atención de alguien por algo en lo que no estemos de acuerdo. 

El lado afectivo se puede dividir en unas subáreas importantes: 

Este grupo de personas es el mayor de todos. Por lo general, son las personas con quienes pasamos la mayor cantidad del tiempo. No es necesario tener una atención especial con este grupo de personas, pero sí una relación basada en la cordialidad y el respeto. Ser educado: saludar y despedirse es importante para que estas relaciones se mantengan. Algunas de estas personas pueden ser amigos de un día, pero la mayoría va a compartir determinado tiempo contigo. Siendo una persona respetuosa, seguramente dejarás una marca positiva en la vida de cada uno. 

Este grupo sí merece una atención especial. Normalmente es un círculo cerrado de personas, pero es esencial para que seamos felices. Nuestros amigos son los hermanos que elegimos en la vida. Una verdadera y duradera amistad debe cultivarse con amor y cariño: llamar cuando estén lejos, escribir , compartir tiempo o un viaje. Nuestros amigos son quienes nos apoyan en las momentos difíciles, nos felicitan en los momentos de éxito y están allí para celebrarlos con nosotros. Trata bien a tus amigos, consérvalos y mantenlos a tu lado. Ellos son importantes para nuestro desarrollo en la vida. 

Se dice por ahí que la familia no se escoge. Algunos tienen la suerte de nacer en buena familia, pero otros no cuentan con esa fortuna, sufren por no identificarse con aquellos que tienen su sangre, pero así como ocurre con los amigos, la familia siempre estará en nuestras vidas. Debemos entregar el máximo cariño a nuestros padres, hermanos, primos, tíos, abuelos, etc. También es muy común escuchar que al final la única cosa que nos queda es la familia. Analiza cómo es tu relación con ellos e intenta hacer que fluya de buena forma. 

En este sentido la cosa se torna un poco más delicada, puesto que se habla de la persona que escoges, de forma libre, para compartir tu vida. Esta relación siempre necesita atención, un trato especial. Expresar nuestros sentimientos, cuidar con mucho cariño, hará que tengas una motivación adicional.  Una vez se escoge esa persona es digna que la trates con amor,  para que la relación se torne sólida.  Aunque si percibes que la relación no perdurará, puedes darte el espacio y darte e derecho de terminarla para darte la oportunidad de conocer otras personas. No  nos podemos amarrar a personas con quienes no se pueden crear momentos felices. 

En conclusión, hay que tener cuidado con las personas que nos rodean e intentar mantener el área afectiva lo más equilibrada posible para mejorar cada día en nuestras relaciones y convertirnos en mejores seres humanos.